De alguna manera, fácil de comprender, la llegada a
gran escala de la televisión al fútbol en los años 90 del siglo XX terminó con
el juego sucio, las marrullerías y las patadas alevosas sin balón de por medio.
Todos los partidos se televisaban y en todos había decenas de cámaras atentas a
cada detalle… Si hacías una muy gorda, te iban a pillar seguro. No se
erradicaron del todo los cabezazos a lo Zidane, pisotones cuando el balón
volaba tras un saque de esquina, comprobaciones de la elasticidad de las
camisetas en el área, etc. Pero si disminuyeron radicalmente por miedo a
sanciones de los Comités a posteriori.
Pero
las cadenas de televisión quebraron en el siglo XXI y el fútbol recuperó cierto
anonimato. Se extendió por todo el universo conocido… Y se tornó un poco más
violento.
Los
genetistas recuperaron para los terrenos de juego a Montero Castillo, Aguirre
Suárez, Fernández, Tuto Sañudo, Arteche y otros muchos aguerridos defensas.
El
resultado es tremendo. Así son los vestuarios tras un partido en pleno siglo
XXII:
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