El Bankia F.C. es el campeón de los rescates bancarios. Ha ganado
el título goleando como loco y desplegando un juego arrollador… Se ha llevado
por delante a todo un país. El ejemplo de la ayuda del estado al banco es
desolador para otras entidades bancarias y también para otros estamentos
sociales. ¿Qué sentido tiene que un gestor de una de aquellas cajas
politizadas, que siguen plagadas de cargos a dedo, haga un banco rentable? ¿Por
qué no aumentar la deuda reconocida si te van a dar miles de millones? Es rentable llenar su propio
bolsillo y alrededores y cuando al chiringuito se le lleve el viento que venga
papá estado a solucionar el entuerto, que tú estarás en el yate. Quizá les
suene de algo. En las Sociedades Anónimas Deportivas se ha funcionado como en
esas cajas-bancos. No hay responsabilidades… ni penales ni de patrimonio. El
negocio de algunos es el de generar agujeros negros que terminan afectando al
bolsillo de todos. Traspasos millonarios que se apuntan en libretas digitales,
comisiones que se cobran y deudas eternas, que se registran en calderos de
agua.
Si nunca pagan los culpables nadie querrá llevar una conducta
ejemplar. En esta película de miserias y millonarios sin escrúpulos da lo mismo
ser bueno que malo y parece que solamente sirve el ser más listo que nadie para
burlar la ley y lograr llevarse muchos millones. De esa alineación del
descrédito no se salva nadie. En el once titular aparece la Casa Real o hasta
el presidente del Tribunal Supremo. El ejemplo de Carlos Dívar ha sido la gota
que ha colmado el vaso. No cometió ilegalidad porque ellos mismos habían
aprobado una norma para esas excursiones de todo incluido. Y lo peor es que no
era el único, que esa práctica era el pan nuestro de cada fin de semana de
presidente y vocales.
Son comportamiento legales, pero sin ética ninguna. ¿Qué ejemplo
dan? Luego nos quejamos de Gran Hermano o de un jugador que finge una agresión.
Este país de picaros merece ser gobernado por políticos infames y adorar a
deportistas dopados, tener partidos de fútbol amañados y que se descojonen de
nosotros los guiñoles franceses. Aplaudimos los éxitos del Real Madrid, el
juego del Barcelona, pero aquí nadie reclama que los clubes paguen lo que deben
a todos los españoles. Con una economía rescatada resulta un sacrilegio que
alguno de estos dos mastodontes fiche este verano fuera de nuestras fronteras.
Así de claro. Ni un millón de euros para la Premier si antes no pagan a
Hacienda. Basta ya de circo y que paguen el pan, como todo el mundo. Aquí no pasa nada. Y así nos va.
Nuestros rescates financieros son innombrables y sigilosos como aquel detective
privado de Gila que le insinuaba al asesino: “Aquí alguien ha matado a
alguien”. La orquesta del Titanic es tan cutre en esta España en pleno
hundimiento que toca la canción de ‘Sálvame’.
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