Uno se les imagina como en el cuadro de Goya ‘Duelo a
garrotazos’. Así están Maradona y Pelé desde hace años. ¡Zasca, Zasca!
Atizándose como en la pintura negra que simboliza la eterna discordia de los hombres,
entre dos maneras de entender la vida. Claro que la suya es una pelea
dialéctica y global. En el último episodio, el brasileño, siempre más suave y
modosito, lanzó su pequeña puyita: “Maradona no es un ejemplo para la juventud
por haber consumido drogas”. El argentino, un huracán, respondió ante los
periodistas que pinchaban al toro bravo aludiendo a un expediente oscuro acerca
de la sexualidad de Pelé: “Qué querés que os diga, él debutó con un pibe".
La prensa argentina rió la gracia y la selección albiceleste goleó a la modesta
Venezuela 4-0 mientras la
Hacienda italiana le
reclamaba no sé cuántos millones.
No es la primera vez que el Pelusa ataca por ese flanco.
Ya lo hizo en su peor momento, cuando se rehabilitaba en Cuba y aparecía en las
imágenes como una foca adicta al pescado intentando hacer flexiones a cambio de
un pez. Hace diez años la versión brasileña de la revista Play Boy publicó una
supuesta entrevista a O Rei en la que se aseguraba que la primera experiencia
sexual del ex jugador fue con un hombre mayor en el vestuario cuando tenía 14
años. Pelé lo desmintió tajantemente a través de su gabinete de prensa. En
aquella ocasión, un Maradona desatado y con programa propio de televisión se
cebó de lo lindo. Mirando a la cámara el Pibe de Oro preguntaba al astro
brasileño: "¿Te acordás de cuando debutaste con un pibe? Se lo cuento a
tus compatriotas, que no saben que eres homosexual y que pegabas a tu mujer, la
madre de tus hijos". Pero Maradona no se paró ahí y definió a Pelé como "un
buchón, un vigilante al que le gusta más la plata que dormir, tanto que habla
con publicidad en el pecho. Es un esclavo de
Havelange”. Edson Arantes do Nascimento declinó comentar aquello y su portavoz
oficial leyó un comunicado: "Maradona se enredó en el mundo de las drogas
y ahora merece ser ayudado, merece que todos oremos por él y por su
salud". Ese odio es un espejo en el que se miran brasileños y
argentinos, rivales en el terreno de juego y fuera de él.
Tal vez desconozcan un programa de televisión titulado ‘Celebrity
Deathmatch’. Esta serie de
animación con plastilina de MTV fue
creada por Eric Fogel en 2003. En ella diferentes famosos se
peleaban a muerte en un ring con mucho humor negro y cierto toque gore. Un
combate entre Pelé y Maradona sería perfecto, con esos simpáticos muñequitos
tan políticamente incorrectos. Ejerciendo de guionista de ‘Celebrity
Deathmatch’, por ejemplo, Maradona podría esnifarse a Pelé hasta hacerlo
desaparecer. El brasileño en cambio, podría ingerir una de esas pastillitas
azules que anuncia y atacar al Pelusa con su enorme palo tieso para hacerle
‘debutar’ a él. Ese es el estilo de estas animaciones de plastilina bastante
salvajes que darían una lección a dos de los mejores jugadores de la historia
del fútbol.
Pelé es el bueno de la riña. Todo se edulcora con el brasileño al que patrocinaron Pepsi y Coca-Cola –otro combate a muerte entre
latas– aceptamos incluso el famoso gol de Pelé, que ni siquiera entró. Le
recuerdas en ‘Evasión o Victoria’ o en ‘Once más uno’, con la corbata como
ministro de Brasil y sus dientes blancos, y dices, no puede ser malo. Maradona
es el salvaje, que vivió a tope. Una especie de Che Guevara contrahecho,
cocainómano y descerebrado. "Por qué a Pelé, que debutó con un chico, le
eligen en todas partes como uno de los mejores deportistas del siglo y a mí,
porque uso drogas, me dejan afuera", decía una caricatura hinchada pero
real de Maradona en la
Cuba de Fidel. Ambos
son geniales. Gracias. Y a seguir en la batalla. Son títeres de la humanidad y
no lo saben.
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