Una vez entrevisté a Lopera. Han pasado ya más años de los que me
gustaría, a la larga el planeta gira más rápido que el balón. Fue en Madrid, en
un hotel de esos caros e insípidos, y de noche. Yo era bastante más joven y con
la fama del presidente bético, como para tener el miedo pegado en el cuerpo, o
en el culo, en este caso.
Lo que más me llamó la atención de aquel encuentro fue su extraño
olor, casi a momia embalsamada en laca. Es un personaje siniestro que hizo su
fortuna con usura y los primeros electrodomésticos que se vendieron en Sevilla
después de la posguerra. En el libro ‘Negocio redondo’, Miguel Ángel Nieto
reserva un capítulo a sus trapos sucios. Las vueltas que da la lavadora de la
vida, ahora ese inmenso electrodoméstico que es el mundo del fútbol le habrá
dejado más blanco que la colada de los Reyes de España, inmaculados en el Día
de las Fuerzas Armadas.
Manuel Ruiz Lopera (el ‘de’ entre apellidos lo adquirió hace más
bien poco) estará oliendo a azufre demoníaco retorciéndose en su mansión y no
puedo dejar de pensar en él como si fuera el señor
Burns de los Simpson, cambiando el amarillo por el verde. A su edad y con la
vida de negocios que ha llevado, que le hablen a uno de infierno debe dar pavor
aunque solamente sean llamas futbolísticas. A mí, Lopera me atendió muy bien en
aquella entrevista y en más de una ocasión me ha dado lástima. Se me pasa en
dos o tres segundos.
En esta época de crisis un descenso a Segunda es desaconsejable
para el bolsillo de cualquier presidente y curiosamente de los cinco clubes que
tenían posibilidades de perder la categoría ha descendido el más rico de todos
ellos. Menos mal que Lopera lleva el pelo bien pegado con toneladas de laca
porque el domingo la pelambrera se le hubiera puesto de punta como a un punki
ochentero. Han sido casi 18 años de reinado en la taifa bética… 18. Una edad
que le encantará al empresario devoto del Cristo del Gran Poder. ¿Qué sucederá
con su efebo negro Emaná? ¿Le gustará a Pernía? En El Sardinero el público
ovacionó al camerunés como si fuera aquel Munitis de las grandes tardes.
Lopera es tozudo y si hace falta seguirá otros 18 años o hasta que
el Cristo del Gran Poder le reclame a su nube, que lo tengo puesto en duda. La
momia vampírica bética es uno de los últimos dinosaurios de las poltronas de
los clubes. Un sistema de presidencia personalista que no suele funcionar
nunca, aunque ellos no lo reconocerán en la vida… Desgraciadamente para los
seguidores del Real Madrid lo veremos con Florentino Pérez otra vez, aunque en
la casa blanca los dirigentes no juegan con su patrimonio. Lopera sí. Se gasta,
pone y lleva de lo suyo, para que luego le insulten y no pueda ni salir a la
calle.
A ninguno de estos presidentes les gusta el concepto de técnico.
Les gusta mandar a ellos, sin consultar ni hacer caso a nadie. Marcelino García
Toral rechazó al Betis, en el que recomendó hacer una reestructuración de la
plantilla y el club de arriba abajo. Nunca se hizo y tal vez ahora se llevará a
cabo en Segunda.
De esto, se pueden sacar varias conclusiones. No pongas tu dinero
en el fútbol porque te acabarán insultando y contrata a un director deportivo
si es que lo tienes que invertir por otras razones. Ahora que hay que pensar en
confeccionar la plantilla y el banquillo, por favor, que lo haga gente que
entienda. Cualquier aficionado sabe que el director deportivo del Sevilla es
Monchi… ¿Quién es el del Betis? ¿Y el del Racing?
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